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A medida que se acerca el otoño, déjese arrullar por la suavidad del País del Loira y salga a descubrir un tesoro escondido: la "Reina de la Bahía de Bourgneuf". En la costa de Vendée, de Bouin a Beauvoir-sur-Mer, los pequeños puertos ostrícolas se revelan como joyas sobre un fondo de terciopelo azul. En bicicleta, en pareja o en pequeños grupos, siga los carriles bici que serpentean a lo largo de la costa y regálese un interludio encantado, lejos del ajetreo de la vida cotidiana.

Llega el invierno, pero la costa de Vendée sigue desvelando sus tesoros, arrullada por el ritmo del océano Atlántico. Las olas bailan, el rocío del mar acaricia el rostro y el cielo adquiere mil matices. Déjese llevar por el suave clima de Vendée para una escapada invernal a orillas del mar.

El bocage de la Vendée se extiende ante usted como un cuadro vivo, donde los tonos verdes se mezclan con los colores de las flores silvestres. Los setos, como cintas entrelazadas, forman un laberinto de tesoros ocultos de historia y leyenda. Déjese llevar por el canto de los pájaros y el susurro del viento entre el follaje, y salga a descubrir esta región auténtica y virgen, en una inolvidable escapada familiar de 4 días y 3 noches.

Deje las maletas para un fin de semana en el bocage de Vendée, para momentos de paz y tranquilidad en el corazón de un entorno verde e histórico. El bocage de Vendée es un remanso de paz donde la naturaleza se funde con los vestigios del pasado. Regálese una escapada con encanto para dos o más personas. Déjese llevar por la dulzura de vivir de esta región, donde la artesanía tradicional y los paisajes bucólicos se combinan a la perfección para regalarle momentos preciosos.

Sumérjase en pleno otoño en la Vendée meridional, donde las marismas se transforman en lienzos dorados, las aves migratorias hacen escala y los pueblos revelan sus encantos ocultos. Explore los senderos costeros, los bosques y los espacios naturales a pie o en bicicleta, y déjese seducir por los sabores locales y los tesoros culturales de la región. Con paseos en burro, una iniciación a la vela de arena y búsquedas del tesoro digitales para toda la familia, estas vacaciones prometen reconectarle con la naturaleza y proporcionarle momentos llenos de recuerdos en multitud de paisajes.

Imagine el rocío del mar acariciándole la cara, la fina arena haciéndole cosquillas en los dedos de los pies y el melodioso canto de las gaviotas acompañando sus pasos. Bienvenido a Les Sables-d'Olonne, la perla de la costa atlántica, donde mar y tierra se encuentran, una ciudad entre el rocío marino y la luz, esculpida por el Atlántico.

Noirmoutier, "l'île aux mimosas" (la isla de las mimosas), le abre sus puertas para una escapada en pareja o con amigos, para unas vacaciones de relax, descubrimientos y delicias gastronómicas. Déjese hechizar por los encantos de esta isla auténtica, donde los paisajes oscilan entre dunas, salinas y pinares. Mientras pedalea, déjese sorprender por los tesoros ocultos de Noirmoutier y saboree las delicias de su terruño.

A las afueras de Nantes, un gigante de agua dulce permanece inactivo. El lago de Grand-Lieu, el mayor lago de llanura de Francia en invierno, juega al escondite con las estaciones, a veces alargándose, a veces replegándose sobre sí mismo. Aquí no hay acceso libre ni posibilidad de bañarse: este santuario de 3.500 hectáreas puede explorarse desde sus orillas, en bicicleta, a pie o desde una torre panorámica. Desvele los misterios de esta tierra donde las garzas reales conviven con los vestigios carolingios y donde los pescadores perpetúan tradiciones milenarias. En sólo tres días, descubrirá una zona donde el patrimonio se une a la naturaleza.

La Régalante es una ruta que serpentea entre pequeños pueblos y grandes historias. Cuatro días para dejarse llevar, desde el castillo medieval de Châteaubriant hasta los animados muelles de Nantes. Entre medias, un rosario de descubrimientos al ritmo pausado de sus ruedas: una abadía casi milenaria, un lago que juega con la luz, antiguas forjas donde aún resuenan los martillos del pasado. En esta ruta buissonnier, el tiempo ocupa el lugar que le corresponde, mientras los encuentros y los paisajes se revelan sin prisas.

Siga la línea verde en el suelo: Le Voyage à Nantes es una aventura al aire libre que le lleva allí donde lo ordinario se convierte en extraordinario, donde los duques de Bretaña se codean con máquinas fantásticas. Aquí, el arte acecha a la vuelta de la esquina y no espera a que empuje la puerta de un museo para conmoverle.