Rochemenier, ¡un pueblo subterráneo!

Las viviendas revelan la vida cotidiana de los agricultores

Casi se diría que el ocupante de esta casa acaba de hacer la cama para irse al campo. En la pared, viejos fusiles conviven con fotos familiares y cerámicas. Esta incursión en la vida cotidiana de los campesinos que antaño poblaban el pueblo de Rochemenier, parte del cual se ha transformado en museo, es una experiencia apasionante. A partir de la Edad Media, en lugar de construir casas en la superficie, los lugareños las excavaban en el falun que rodeaba sus corrales, a modo de canteras al aire libre.

Una capilla subterránea del siglo XIII

Elcomplejo troglodita que se despliega ante nuestros ojos fue creado entre los siglos XVII y XVIII, y abandonado en el siglo XX. Más adelante, se descubren una segunda granja, una vivienda modernizada, un gallinero y una extraordinaria capilla subterránea del siglo XIII, con un aura hechizante. Rochemenier tiene tres veces más viviendas subterráneas que en la superficie.

Numerosas actividades in situ

En total, los visitantes pueden explorar una hectárea de salas y cuevas, por las que a los más pequeños les encanta arrastrarse y gatear, descubriendo hornos de pan, nidos de gallinas y antiguas herramientas utilizadas en los campos y viñedos. La visita dura una hora y media de media, y es mejor hacerla al fresco, con temperaturas que oscilan entre los 5°C en invierno y un máximo de 18°C en verano. Cuando hace buen tiempo, el recinto organiza eventos como conciertos, visitas nocturnas a la luz de las velas, talleres de artesanía para familias, veladas de cuentacuentos y jornadas de sabores. Es una oportunidad para adentrarse un poco más en los misterios de este mundo subterráneo...

Entrar en el pueblo troglodita de Rochemenier