6 lugares para desconectar

Mi cabaña en Canadá

El bosque de Mervent, con su densa vegetación y sus extensiones de agua, es el más grande de la provincia de Vendée. A veces da la impresión de estar en los verdes paisajes de Ontario que rodean los Grandes Lagos. Cubre una extensión de 5.000 hectáreas donde viven robles de hasta 35 metros de altura. Y en este escenario descubrirás la vida salvaje y una quietud apenas interrumpida por las canoas que se deslizan por el agua, cuando hace buen tiempo.

Un aire de Toscana

Tejados de tejas rojas, pinos piñoneros, arcos románicos… ¡Un aire de Toscana en Loire-Atlantique! El pueblo de Clisson no oculta su pasado: a principios del siglo XIX, cuando la ciudad estaba en pleno declive, fue reconstruida por los hermanos Cacault siguiendo el modelo italiano. Estos enamorados de Italia fueron expulsados de su país de adopción por los antirrepublicanos. En Francia contaron con el apoyo del escultor Frédéric Lemot, quien imaginó el romántico Domaine de la Garenne Lemot y su villa de estilo neopalladiano.

En el país del Sol Naciente

Se trata del mayor jardín japonés de Europa. En sus 29 hectáreas, el Parque Oriental de Maulévrier, situado cerca de Cholet, alberga más de 400 especies vegetales alrededor de la colina de la meditación, el puente rojo típico, la pagoda, el auténtico salón de té o el curso de agua que atraviesa el lugar de Este a Oeste, como dicta la tradición. No te pierdas las visitas nocturnas del lugar y su atmósfera mágica.

Como en la montaña

Los Alpes Mancelles se extienden entre las provincias de Sarthe y Mayenne. Si bien no tienen la pretensión de elevarse hasta el nivel de los verdaderos Alpes, ofrecen un sorprendente paisaje ondulado de aspecto montañés, con escarpaduras rocosas, valles, alfombras de brezo, pendientes abruptas y colinas, entre las que destaca el Mont Narbonne de 217 metros de altitud. No te pierdas el pueblo de Saint-Léonard-des-Bois, de aires alpinos.

Andando sobre la Luna

Realmente da la impresión de estar en otro planeta… Al norte de Nantes, un sorprendente cerro con forma de volcán parece haber surgido de la nada en mitad de este paisaje de color blanco cenizo, donde la vegetación apenas consigue crecer. Se trata de los vestigios de una mina de estaño que se explotó hasta los años 50 y que hoy hace las delicias de los amantes de la bicicleta de montaña. Es el punto culminante del departamento y, desde su cima a 121 metros, ofrece una espléndida vista sobre la campiña circundante.

Rumbo a la Patagonia

El Port du Bec no se parece a ningún otro puerto de Vendée: estacas de madera plantadas en el cieno y embarcaderos que parecen construidos con los medios disponibles y reforzados con tablones y vigas. Todo ello le vale el sobrenombre de “Puerto Chino”, por su similitud con los de los pueblos del Imperio Medio. También recuerda los embarcaderos diseminados a lo largo de las costas de Patagonia. En Port du Bec se practica la ostricultura, con su famosa ostra “Vendée Atlantique”, y la pesca de la angula.