Las obras gigantes de la cueva Ackerman
Cerca de Saumur se hallan las cuevas de Ackerman. Este lugar esconde dos obras monumentales: un inmenso río celeste irradiado por las paredes y un OVNI propulsado a nueve metros de altura en una galería de piedra.
Como una nave espacial perdida en las cuevas Ackerman
Espera que se te acostumbren los ojos a la oscuridad. Acabas de dejar atrás la sala de exposiciones de los carteles publicitarios de la empresa. Pero, después, bajo la tierra, en una zona excavada en la roca blanca, las cuevas Ackerman esconden algunas obras contemporáneas. Si avanzas unos metros entrarás en estado de shock: Una esfera monumental de nueve metros de altura, cincelada y que hace pensar en una nave espacial perdida aquí.
Una obra con múltiples facetas
Y a modo de explorador te irás acercando tímidamente al Monumento Sintético, creación del artista Vincent Mauger, realizada a base de cajas de plástico que recuerdan a las de las vendimias. Verás que, según la perspectiva, la imponente estructura adopta diversas caras. No temas, explora todas las facetas de la obra rodeándola y observándola… De repente, un éxtasis ahogado a lo lejos atrae tu atención…
Un río celeste se desliza sobre 45 km de hilo de algodón
Y entonces entras en otra galería, que parece extasiar a todos los curiosos que van entrando. En ella se encuentra un increíble diluvio azul irradiando delicadamente en la oscuridad y dando la impresión de color en las paredes rocosas… La obra es de Julien Salaud, que entrelaza 45 km de hijo de algodón en 65.000 clavos para componer su Fleuve Céleste. El visitante se sumerge en esta inmensa creación de más de 60 m de longitud que desvela personajes mitológicos, animales maravillosos, flora mágica y formas abstractas. El ingenioso proceso permite que la instalación vaya revelándose mientras el visitante se desplaza y a cada paso estallen nuevos elementos. Es un lugar fantástico, increíble, que invita a quedarse en él un buen rato. ¡Magia total!